top of page
Buscar

Cuando el cambio asusta: sobre crisis vitales y la incertidumbre como maestra

"Cambia lo superficial, cambia también lo profundo.

Cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo."


Tal como canta la cantautora argentina Mercedes Sosa en Todo cambia, la vida implica movimiento. Cambios constantes que, a veces, llegan suaves y otras veces nos sacuden por completo. Por momentos, estos cambios no solo alteran nuestra rutina; vienen a dar vuelta el tablero del juego, y por un instante nos sentimos sin rumbo, atrapadxs en la incertidumbre.


¿Qué entendemos por “crisis vital”?


Una crisis vital no es solo un momento difícil: es un punto de inflexión donde lo que conocíamos se transforma, y nos obliga a adaptarnos, cuestionar y mirar nuestra vida desde otra perspectiva. Puede surgir de un cambio profesional, una mudanza, un duelo, la pérdida de relaciones o incluso un despertar interno que nos hace replantear prioridades. En ese instante, es natural sentir miedo, tristeza, ansiedad o confusión. La incertidumbre parece inmensa, y nuestra mente intenta buscar certezas que no siempre están.


Estrategias para transitar la incertidumbre


Transitar estos momentos no significa eliminarlos, sino acompañarlos con conciencia y cuidado. Algunas herramientas, que espero te resulten útiles:


  • Identificar emociones: nombrar lo que sentimos, reconocer el miedo, la tristeza o la ansiedad.

  • Centrarse en el aquí y ahora: “un día a la vez”, valorando cada paso que damos.

  • Aceptar lo que estamos haciendo: aprender a ir queriendo lo que hacemos, aunque no todo esté resuelto.

  • Pedir ayuda: compartir con alguien de confianza, un profesional o un grupo de apoyo.

  • Sostener rutinas: pequeñas anclas que nos devuelven sensación de control y estabilidad.

  • Reconectar con valores: recordar lo que nos resulta verdaderamente importante, aquellas brújulas que guían nuestras decisiones.

  • Reencuadrar el cambio: al principio, podemos percibir el cambio como amenaza. Sin embargo, cada crisis vital es también una oportunidad de crecimiento: de aprender, soltar lo que ya no nos sirve y abrir espacio a nuevas posibilidades. El cambio nos invita a expandir nuestra mirada y descubrir facetas de nosotrxs mismxs que permanecían dormidas.


Estas estrategias no eliminan la dificultad, pero permiten transitar la incertidumbre con presencia y compasión hacia unx mismx. Aceptar la vida en movimiento, con sus sacudidas y giros inesperados, nos permite mirar la incertidumbre no solo como riesgo, sino como maestra que nos enseña a adaptarnos, confiar y reinventarnos.

 


 
 
 

Comentarios


bottom of page